Desde el macizo de Peña Rueba, cruzando el río Gállego nos
dirigimos a una de las escuelas más impresionantes de Aragón: Los mallos de
Riglos (Figs. 1 y 2).
Fig.1: Fotografía de
los mallos grandes (de izquierda a derecha): Pisón, Colorado, Frechín y Visera.
Fig.2: Vista aérea de
los distintos macizos rocosos que componen las Peñas de Riglos. En el centro de
la imagen el macizo formado por los Mallos Pisón, Cuchillo, Frechín y Visera.
En la parte superior el macizo del Firé y en la parte derecha los mallos
pequeños (tomado del visor SIGPAC).
La historia geológica de los
Mallos de Riglos está muy ligada a la del macizo rocoso de Peña Rueba (ver Peña Rueba). Su
situación geológica es idéntica (contacto entre las Sierras Exteriores del
prepirineo aragonés y la depresión del Ebro) y tanto el tipo de roca
(conglomerados de la Formación Uncastillo), como la edad (Oligoceno-Mioceno, hace
unos 25-30 m.a.) y el medio de depósito en el que se sedimentaron (abanicos
aluviales), son muy similares.
Como comentamos en la entrada anterior la distribución de
este conjunto de macizos de conglomerados no es fruto del azar sino de la
evolución tectónica y sedimentaria del frente surpirenaico, unido al hacer de
los agentes climáticos que han actuado a lo largo de los últimos miles de años.
De entre los distintos abanicos aluviales situados en la Hoya de Huesca
(Fig.3), curiosamente los mallos de Riglos constituyen los depósitos del
abanico aluvial de menores dimensiones de todos (0,80 Km2).
Fig.3: Esquema de la
geología del borde de la Cuenca del Ebro en la que se muestran los principales
sistemas de abanicos aluviales en color amarillo, (tomado de Belmonte, 2005).
En Riglos llama la atención la
verticalidad que presentan los conjuntos rocosos, que en Aragón se conocen como
“mallos”. Este nombre hace referencia a los relieves turriculares de colores rojizos cuya altura alcanza varios
cientos de metros. En Peña Rueba, por ejemplo, no se observan dichos relieves
tan verticales, siendo escarpes poco individualizados…pero ¿por qué?. En otras
entradas hemos visto que para que se origine un relieve de tipo “mallo” eran
necesarios (Benito Ferrández, 1986; Belmonte, 2005): 1) elevado espesor de
conglomerados; 2) que los cantos estén bien cementados; 3) la presencia de
fracturas; 4) que haya un curso fluvial cercano que evacúe los sedimentos.
Tanto Riglos como Peña Rueba presentan estas características. Sin embargo ¿qué
los diferencia para que en unos se observen relieves de tipo “mallo” y en otros
no? La respuesta la tenemos en la diferencia tanto en la densidad de fracturas
como en el ángulo entre ellas (menores en Peña Rueba) que presentan uno macizo
y otro (Fig.4). Los mallos de Riglos presentan una densidad de fracturación de 75
fract/ Km2 con un ángulo entre las fracturas de 70-90º. Por el contrario
en Peña Rueba estos valores son de 46 fract/ Km2 y 10-50º (ver Ruta Geológica Transpirenaica, Belmonte, 2005).
Fig.4:
Comparación de la evolución de la morfología en los mallos de Riglos y Peña Rueba en Murillo (tomado de Ruta Geológica Transpirenaica).
Otro
aspecto muy interesante de los Mallos de Riglos es la relación tectónica de los
depósitos con las rocas de alrededor. Los sedimentos que hoy forman los Mallos
de Riglos se fueron sedimentando a la vez que se producía el plegamiento de las
Sierras Exteriores (este hecho se conoce en geología como “depósitos sintectónicos”).
Por este motivo, en la cara norte de los Mallos de Riglos puede observarse una
compleja estructura tectónica en forma de abanico de capas (Figs. 5 y 6).
Fig.5:
Vistas de la estructura en abanico formada entre los mallos de Riglos y los
materiales más antiguos (pre-Oligocenos), localizados en la parte
Norte.
Fig.6: Esquema en el que se muestra la
formación de la estructura en abanico de los Mallos de Riglos ( tomado de Ruta Geológica Transpirenaica).
Unas fotillos trepando…
L1 "J.A. Sanz" en el Mallo Frechín
L5: "J.A. Sanz" en el
Mallo Frechín
Impresionantes vistas del vuelo de las grullas intentando cruzar el Pirineo en un día de
Febrero.
L3 "Victor García" al
Mallo Colorado.
L4 “Normal” a la
Aguja Roja.
Como en Peña Rueba,
escalando pueden observarse los cantos de rocas más antiguas que contienen
fósiles marinos. En este caso nummulites de la Formación Calizas de Guara (ver Vadiello).
Referencias:
Belmonte Ribas, A. (2005). El
paisaje altoaragonés. Una aproximación desde la geología. Cuadernos
Altoaragoneses de Trabajo, 26. Insituto de Estudios Altoaragoneses. 84 p.
Benito Ferrández, G. (1986).
Génesis de tipo Mallo. Cuadernos de Investigación geográfica. Tomo 12,
25-37.
Ruta Geológica Transpirenaica (http://www.routetranspyreneenne.com/home.php)