Fig.1: Fotografía del macizo rocoso de Peña Rueba.
Fig.2: Vista aérea del
macizo rocoso de Peña Rueba (tomado del visor SIGPAC).
Geográfica y geológicamente, Peña
Rueba se localiza en el contacto entre las Sierras Exteriores del prepirineo
aragonés y la depresión del Ebro. En Peña Rueba el tipo de roca es conglomerado.
Estos conglomerados marcan la transición entre unos relieves abruptos en el Prepirineo
hacia formas de mayor horizontalidad en la Depresión del
Ebro. Estos impresionantes depósitos, pertenecientes a la Formación Uncastillo,
se sedimentaron en el tránsito entre el Paleógeno y el Neógeno (Oligoceno-Mioceno)
es decir hace unos 25-30 m.a. (Fig.3) y son bastante típicos en el borde de la
Depresión del Ebro (Fig.4).
Fig.3:
Tabla del tiempo geológico (tomado de IGME).
Fig.4: Esquema de la
geología del borde de la Cuenca del Ebro en la que se muestran los principales
sistemas de abanicos aluviales, en color amarillo, y su contacto con rocas más antiguas (tomado de Belmonte, 2005).
Durante el Oligoceno-Mioceno la disposición de los continentes ya es
más semejante a la actualidad (Fig. 5), especialmente en el Noreste de la
Península Ibérica. Respecto a la entrada anterior sobre las calizas de Vadiello, cabe destacar que el Océano se habría retirado siendo este por tanto el
motivo de un cambio en los materiales sobre los que se escala. De esta forma
pasamos de unas calizas (de edad Eoceno, 40 m.a) depositadas en un ambiente
marino a unos conglomerados (Oligoceno-Mioceno, 25-30 m.a) depositados en un
ambiente totalmente continental.
Fig.5: Mapa paleogeográfico mundial a finales del Oligoceno (tomado de Scotesse)
dónde la posición de los continentes es bastante similar a la actual.
Durante el tránsito Oligoceno-Mioceno Inferior la Cuenca del Ebro constituía una depresión endorreica sin ningún tipo de conexión hidrológica con el océano Atlántico o con el Mediterráneo. En esta parte de la cuenca (provincias de Huesca y Norte de Zaragoza), el relleno de la misma es un consecuencia de una sedimentación en abanicos aluviales, sistemas fluviales y lagos. En este momento la orogenia alpina (fase tectónica en la que se formaron las principales cadenas montañosas del Sur de Europa y Asia) está dando sus últimos coletazos, y ya se ha formado el Pirineo aunque no tal y como lo conocemos hoy en día. Consecuencia del plegamiento de los materiales depositados anteriormente se formaron elevaciones (ej: Sierra de Guara) cuya erosión dio lugar a sistemas de abanicos aluviales (Fig.6) que depositaban grandes acumulaciones de sedimentos detríticos (conglomerados, areniscas y lutitas). En las zonas más cercanas a estas elevaciones se depositaron los materiales más gruesos, es decir los conglomerados (Nichols, 2004; Belmonte, 2005) como los que vemos en Peña Rueba. Debido a dicha erosión, llama la atención cuando escalas que algunos de los cantos que forman los conglomerados, se observan fósiles propios de los medios marinos depositados en los materiales que fueron erosionados (Fig. 7).
Fig.6: Esquema del deposito de los sedimentos en un sistema de abanico aluvial (tomado de Arche, 2010).La estrella marca las zonas proximales dónde se depositarían los materiales más gruesos (conglomerados).
Fig.7: Restos de invertebrados fósiles típicos de medios marinos que pueden observarse en alguno de los cantos que forman los conglomerados. Estos cantos proceden de la erosión de los materiales depositados previamente.
Estos conglomerados están
formados por un conjunto de cantos de diverso tamaño unidos o empastados por un
cemento, que en este caso es de composición calcárea y que provoca que tengan
una alta resistencia a la erosión. Dicha
resistencia a la erosión, una estratificación poco desarrollada y una serie de
fracturas con una orientación determinada favorecen la meteorización y erosión
dando lugar a unos relieves muy escarpados, con paredes verticalizadas (Benito
Ferrández, 1986; Belmonte, 2005).
Escalada: En este macizo existen
numerosas vías, las elegidas han sido (ver reseñas en La Noche del Loro): Santi Sagaste y Edu Roche que suben en 6/7 largos al Mallo de la Mora y Toño Ubieto que sube al Mallo Común en 6 largos.
L4 (V+) de la vía Toño Ubieto.
L4 (V+) de la vía Santi Sagaste.
Desde la cima de Peña Rueba..impresionantes vistas! Hacia el oeste los Mallos de Aguero y hacia el este los Mallos de Riglos.
Mallos de Agüero (al fondo) y en primer plano el contacto de los conglomerados (color amarillo en Fig.4) con las calizas (color verde en Fig.4).
Mallos de Riglos en primer plano y por encima todos los relieves calcáreos de la Sierra de Guara.
Referencias:
Belmonte Ribas, A. (2005). El
paisaje altoaragonés. Una aproximación desde la geología. Cuadernos
Altoaragoneses de trabajo, 26. Insituto de estudios altoaragoneses. 84 p.
Benito Ferrández, G. (1986).
Génesis de tipo Mallo. Cuadernos de Investigación geográfica. Tomo 12,
25-37.
Nichols, G.J. 2004. Sedimentation and base level in an endorheic basin: the early Miocene of the Ebro Basin, Spain. Boletín Geológico y Minero, 115 (3): 427-
438
Scottesse (http://www.scotese.com/)