Tras varias entradas tratando
escuelas de escalada situadas en la Cordillera Ibérica, tanto en la provincia de
Zaragoza como de Teruel, ahora nos vamos hacia el Norte, a los Pirineos, concretamente al Valle de Benasque. Allí se
encuentra una de las escuelas que para nosotros es de las de mayor interés
(tanto geológico como paisajístico): La Torre de Marfil.
Esta escuela está situada en la
localidad de Cerler, en una impresionante torre a las faldas del pico que recibe el mismo nombre que la localidad (Fig. 1).
Para llegar a ella hay que tomar la carretera que lleva al sector Ampriú de la
estación de esquí, antes de llegar a un puente que cruza el arroyo
podemos aparcar. A nuestra derecha se observan las paredes de apariencia
“granítica” donde se encuentran distintos sectores de escalada (ver la guía de "Escaladas
junto al Ésera Vol. 2").
Fig. 1: Escuela de escalada de la Torre de Marfil.
Geológicamente, las rocas no tienen
nada que ver con todo lo comentado en las entradas anteriores. En primer lugar,
las rocas tienen un origen muy distinto: conglomerados, calizas,
brechas carbonatadas, “carniolas” etc.. son rocas de origen sedimentario. Es
decir, se forman en la superficie terrestre como consecuencia de los procesos de
erosión, transporte y sedimentación (Fig. 2). Medios de sedimentación típicos de estas rocas podrían
ser: ríos, abanicos aluviales o mares. Por el contrario, las rocas de la Torre
de Marfil son rocas de origen ígneo/magmático (Figs. 2, 3). De esta modo, se forman a partir materiales fundidos
(magma) que ascienden desde el interior de la Tierra y que conforme avanzan hacia
la superficie se enfrían y consolidan, bien sea en superficie
(volcánicas o extrusivas) o a una profundidad determinada (plutónicas o intrusivas). Las rocas de la Torre de Marfil son del primer tipo y a su conjunto se le conoce como el Complejo Volcánico de Cerler.
Fig. 2: Esquema de formación de los principales tipos de rocas: sedimentarias,
ígneas y metamórficas (tomado de www.ugr.es).
Fig. 3: Tipos de
rocas ígneas en función de su emplazamiento en la corteza terrestre y su textura (tomado
de http://www.mineranet.com.ar/img/Educacion/Pet2ac1.gif).
En segundo lugar, la edad de estas rocas es mucho más antigua que la de las entradas anteriores. Las rocas
que configuran la Torre de Marfil se formaron durante la era Palezoica, en el periodo Devónico (entre 420 y 370 m.a, Fig .4) y se les conoce
con el nombre técnico de riodacitas. Las riodacitas son un tipo de rocas
magmáticas volcánicas, es decir su cristalización (por el enfriamiento del magma) se produjo en
superficie y no en profundidad, como en el caso de los granitos de los macizos de la
Maladeta y el Posets. A pesar de que la composición de unos y otros es relativamente similar, la diferencia
entre ambas rocas se aprecia principalmente en su “textura” (Fig. 3), que hace referencia a la morfología, tamaño y disposición de
los cristales que forman la roca. Las primeras están formadas por una matriz de pequeños cristales dentro
de la cual puede observarse alguno de mayor tamaño, mientras que en las
segundas el tamaño de los cristales es mayor y más homogéneo (Fig. 3). Estas diferencias se deben a la
velocidad de enfriamiento, rápida en las rocas volcánicas (los cristales que forman los minerales tienen poco tiempo
para crecer) y más lenta en las plutónicas (los cristales tienen más tiempo para crecer).
Fig. 4: Tabla del tiempo geológico (tomado de http://www.igme.es/internet/sistemas_infor/Paleo/Paleo_tiempo.htm).
Además de la historia de la
formación de las rocas, en los alrededores de la escuela pueden observarse
diferentes procesos geológicos (geomorfológicos) ligados al modelado glaciar y
periglaciar que ha ocurrido en tiempos más recientes, durante el Cuaternario. La intensa fracturación
(diaclasas) que se observa en el Pico de Cerler ha favorecido su meteorización, principalmente a través de un proceso denominado crioclastia. Este consiste en la fracturación de la roca como consecuencia de la presión producida por el agua cuando se hiela. De esta forma se produce un importante aumento del volumen en el agua atrapada entre las grietas y poros de las rocas, cuya presión produce dicha fracturación (similar a cuando "estalla" un botellín de cerveza en el congelador) (Fig. 5). Esto ha dado lugar a
acumulaciones de rocas en la base del pico conocidas como canchales (Figs. 6, 7). Por otro lado, la
erosión diferencial entre los materiales que rodean al pico (más blandos) y los
que forman el propio pico (más duros) hacen que tenga esta forma “de pitón”
(Fig. 8) que resalta en el valle del Ampriú (Martinez de Pisón, 1989; 1990).
Fig. 5: Proceso de crioclastia (tomado de http://vocabulariogeografico.blogspot.com.es/2011/12/crioclastia.html).
Fig. 6: Vista de la base de las vías con la acumulación de bloques (canchales) como consecuencia de los
procesos de erosión y meteorización.
Fig. 7: Vista de la Torre de Marfil y de la base de las vías con los canchales.
Unas fotillos trepando…
Jaime en el tercer
largo de “No te tires que hay cristales (IV+)”
Diego en el segundo
largo de “Chapas Rojas (6a)”
Impresionantes vistas
desde la vía con las Tucas de Ixea en primer plano, el macizo del Perdiguero al fondo a la derecha y el macizo del Posets al fondo a la izquierda.
Referencias y más información:
- Alfonso, L. 2010. Escaladas
junto al Ésera.Volumen 2.Ed,
La noche del Loro, 288 pp.
- Mapa Geológico de España 1:50.000. Benasque. IGME, 78 pp.
-Martínez de Pisón, E.
1989. Morfologia glaciar del valle de Benasque (Pirineo Aragonés). Eria, 51-64.
- Martínez de Pisón,
1990. Morfoestructuras del valle de Benasque
(Pirineo Aragonés). Anales de Geografía de la Universidad Complutense, nº 10,
121-147.
- Chueca Cía, J. y Julián Andrés, A. (2008):
Geomorphological map of the Alta Ribagorza (Central Pyrenees, Spain), Journal
of Maps, 4:1, 235-247